La noche del 1 de octubre, Irán lanzó casi 180 misiles a territorio israelí en respuesta al asesinato de los líderes de Hamas y Hezbollah a manos del ejército israelí, siendo el mayor ataque de su historia contra Israel. Irán declaró que más que una agresión, se trata de una advertencia para que Israel detenga sus ataques en el Líbano y la Franja de Gaza e indicó que cualquier réplica israelí sería respondida con mayor fuerza.

El ataque cambió la dinámica del conflicto, que ha pasado de ser una guerra en la que participan grupos financiados por Irán a un enfrentamiento directo entre dos potencias militares regionales. Si bien es el segundo ataque de Irán a Israel, este fue más grande comparado al que realizó en abril, ya que lanzó misiles balísticos que son más difíciles de derribar y representan una amenaza real para los israelíes.

Irán argumentó que el ataque fue una respuesta legal, racional y legítima y ha mencionado que no busca una confrontación directa con Israel, siendo la razón por la que sus ataques no han generado daños mayores, sin embargo, Israel ha utilizado los ataques y, de las milicias militares que apoya Irán, para justificar los suyos.

Ahora, hay una fuerte presión sobre Netanyahu por parte de su Gabinete y su pueblo para responder el ataque iraní donde los posibles objetivos serían sus instalaciones nucleares, ya que Netanyahu es uno de los principales críticos del programa nuclear iraní y ha buscado sabotearlo de diversas formas o; su red de oleoductos, refinerías y terminales petroleras, de los cuales depende gran parte de la economía iraní. El posible ataque hacia ambos sería una fuerte medida de presión para que Irán ordene a todas sus milicias armadas (Hamas, Hezbollah y Hutíes) que detengan sus ataques contra Israel y liberen a los rehenes.

Israel e Irán han librado una guerra indirecta durante años y rara vez se han enfrentado directamente, a pesar de que ambos se consideran como su peor enemigo. Irán también representa una amenaza para Estados Unidos, por las tensiones que ha generado en Medio Oriente a través de las milicias armadas, por lo que, el gobierno de Biden informó que coordinará con Netanyahu una acción conjunta.

Asimismo, Israel espera que sus aliados occidentales impongan nuevas sanciones económicas contra Irán, lo cual pudiera afectarlo para sostener una guerra, aunque no hay que descartar que podría recibir apoyo de Rusia, China y Corea del Norte, sin embargo, eso no es del todo seguro, ya que cada uno enfrenta sus propias sanciones de occidente.

Este ataque es la razón que tanto ha buscado Netanyahu para mantener el conflicto bélico activo que justifica su permanencia en el poder y el gobierno iraní se lo ha puesto en bandeja de plata, por lo que ahora cuenta con el apoyo de occidente y de su población para devolver el golpe con más fuerza.

Las preguntas ahora son ¿cómo piensa responder Netanyahu al ataque de Irán? y ¿Estados Unidos le pondrá algún límite? La actitud del presidente Biden ante las ofensivas israelíes ha dado la impresión de que es Netanyahu quien dicta la estrategia estadounidense en Medio Oriente, lo cual podría influir en los votos para el Partido Demócrata en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

A días de cumplirse un año del inicio de la guerra en la Franja de Gaza, el conflicto se ha extendido militarmente a Siria, Líbano, Irán, Yemen e Irak. La mediación de occidente y de Naciones Unidas no ha dado resultados para detener la guerra. La estabilidad de la región está muy dañada y su cauce ahora depende de la respuesta de Israel.

Secretaría de Asuntos Internacionales 

CEN del PRI