Finalmente llegó la segunda vuelta presidencial de Argentina y Javier Milei ganó con 11 puntos de ventaja y números que lo posicionan como el mandatario más votado de la democracia argentina. Pensemos lo que pensemos de Milei, es innegable que su victoria ha sacudido a Latinoamérica y es necesario analizar y entender qué ocurrió.
En síntesis son tres los factores que explican su triunfo: la economía, la “casta” y el propio personaje Milei.
Economía: la inflación interanual (octubre 2022 – octubre 2023) fue de 142.7%; el dólar blue (cotización ilegal de venta en calle) pasó de 381 pesos por dólar en enero a 900 pesos por dólar el viernes previo al balotaje presidencial; y la pobreza llegó al 40.1% cuando en 2019 era del 35%.
No hace falta explicar mucho, el que el ministro de Economía que entregaba esas cuentas pudiera ser electo parecía una locura. Sin embargo, Sergio Massa tenía la maquinaría mítica del peronismo, pero los otros factores dieron al traste con eso.
La casta: el discurso de Milei de él como un “outsider”, un “no-político” que dejó su vida privada para él mismo sacar del poder a “la casta política” fue un éxito. Peor aún, en el peronismo pusieron un candidato que fue el modelo perfecto de la casta, es decir, Massa era un político profesional, técnico, preparado, hábil y atractivo.
Massa era un buen candidato en condiciones normales, pero en medio del desastre económico argentino, Massa terminó representando en una persona a todo aquello que la sociedad argentina rechazaba por ser el responsable de la tragedia nacional. Para empeorarlo, en los debates y campaña Massa terminó siendo un “político” que regañaba e intentaba ridiculizar al “ciudadano” Milei.
El personaje: sea Milei un personaje inventado o su verdadera personalidad, lo cierto es que desde que apareció en noticieros como comentarista se convirtió en un personaje magnético. Tanto que el propio peronismo lo eligió como su saco de boxeo favorito en debates televisivos.
¿Crearon a su propio némesis? Sin duda, y después no pudieron contenerlo. La personalidad de Milei es magnética porque recuerda a un rock star, esto en un país con figuras míticas del rock en español. Ese personaje/personalidad se refuerza con sus gabardinas y chamarras de cuero, el cabello alborotado, sus gritos y hasta el acompañamiento musical que siempre tuvo en campaña.
Ni Boric ni Petro, el personaje político a observar, analizar y comprender en la primera mitad de la década del 2020 es Javier Milei. Es impresionante que en solo dos años pasara de ser un comentarista en noticieros a formar un partido político, ser electo diputado y ganar la Presidencia de su país con la mayor paliza electoral que ha recibido el mítico peronismo.
Secretaría de Asuntos Internacionales
CEN del PRI