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COLUMNA DE OPINIÓN: HAITÍ, ESTADO EN COLAPSO
COLUMNA DE OPINIÓN: HAITÍ, ESTADO EN COLAPSO

Haití
Martes, 12 de marzo de 2024

Comunicado


Es difícil asegurarlo, dada la triste historia de Haití, pero parece que el país se encuentra en el momento más crítico de su historia. Tanto que la etiqueta de “Estado fallido” se le impone con regularidad, lo cierto es que las condiciones actuales sociales, políticas y de seguridad nos permiten afirmar que es un Estado en colapso.

La situación es trágica en dos dimensiones: la primera, por el drama humanitario que significa, recordando que antes de esta crisis el país ya era una de las naciones más pobres del mundo; la segunda, es la deuda histórica que Latinoamérica entera tiene con Haití.

Hasta hace unos años se estimaba que el 60% de los haitianos vivía en pobreza, pero las estimaciones actuales apuntan a que esta cifra aumentó y que más de 1.4 millones de personas en Haití no pueden hacer ni una sola comida al día. La situación no es reciente, el país tiene una historia convulsa, pero es con el terremoto de 2010 donde podemos datar el inicio del ciclo actual.

Luego vino el asesinato del presidente Moïse, quien internamente ya estaba siendo fuertemente criticado por la falta de elecciones. Sin Moïse el gobierno del interino Henry ha sido desastroso, tanto por su incapacidad como por la falta de medios para estabilizar al país, sumado a una creciente falta de legitimidad. Las bandas del país han devorado a su nación y la tienen al borde del colapso, al punto que los haitianos se dividen entre quienes piden una intervención militar internacional y quienes creen que aún hay una posibilidad para que el Estado haitiano pueda enfrentar la crisis con cierto nivel de ayuda externa, pero sin intervención extranjera.

Sobre la deuda histórica que tenemos con Haití, esta se debe a que el primer país de Latinoamérica en conseguir su independencia en un proceso que fue del 1791 al 1804. Como casi todas las revoluciones de independencia, la de Haití fue cruda y sangrienta, pero la noticia de su éxito se esparció por el Caribe y Sudamérica, no es casualidad que en esa subregión surgieran voces de personajes como Simón Bolívar o José Martí.

El imperialismo francés no perdonaría a Haití, presionó para que el mundo no reconociera a la isla como nación, lo que limitaría mortalmente sus relaciones comerciales. Después, Francia chantajearía a Haití: reconocerla independiente y quitarle aquel bloqueo mundial a cambio de recibir una indemnización por un monto que hoy ascendería a los 21,000 millones de dólares.

Haití terminó de pagar aquella deuda a Francia en 1947, unos 122 años después. Si hoy las deudas de nuestros países son anclas pesadas, imagina lo que significó aquello para una nación recién independizada. Desde Latinoamérica tenemos la deuda histórica con Haití por haber sido el faro que iluminó a nuestros independentistas, por demostrar que sí había otro camino y que ningún imperio era invencible.

Hoy el reto en Haití es combatir a las pandillas y reconstruir al Estado desde sus escombros. ¿Qué hace la lejana Kenia ofreciendo ayuda a Haití? Se agradece, pero ¿dónde están los países latinoamericanos? Por su puesto que nuestras naciones tienen sus propios problemas y retos, pero ¿en verdad es imposible que países como Brasil, México, República Dominicana o Colombia puedan formar una fuerza conjunta de ayuda?

Si Haití termina por colapsar y las pandillas forman un narco Estado, entonces la región sufrirá las consecuencias en el futuro, ya que el crimen trasnacional tendrá una base de operaciones en una zona geopolíticamente relevante, el Caribe, antesala de Centroamérica y Sudamérica.

Secretaría de Asuntos Internacionales

CEN del PRI



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