La casa de moneda más grande y rica en todo el mundo.
-Alexander Humboldt

En 1535 el virrey Antonio de Mendoza, quien se había desempeñado como tesorero de la Casa de Moneda de Granada, arribó a la Nueva España portando consigo la cédula real con la cual la Corona Española disponía la creación de la que sería la primera casa de moneda en América.

Para su establecimiento se dispuso de la parte trasera del predio conocido como las  “casas viejas” de Moctezuma, en aquel tiempo propiedad de Hernán Cortés, y que hoy ocupa el Nacional Monde de Piedad; años más tarde, en 1569, el rey Felipe II ordenó la construcción de instalaciones adecuadas para la Real Casa de Moneda dentro del perímetro del actual Palacio Nacional, frente a la calle que por ese motivo, se llamaría Moneda.

Al parecer, las primeras monedas que circularon durante la Colonia fueron acuñadas en 1536; estaban hechas de plata y del tipo macuquino, es decir, de tosca manufactura, con bordes irregulares y espesor variable; al reverso tenían la imagen de los reyes de España, Carlos y Juana, cuyos nombres en latín se leían al anverso.

Hacia 1732 se implantó un novedoso sistema de acuñación proveniente de España, el cual además de facilitar un eficaz acordonamiento de las monedas -y con ello reducir las posibilidades de falsificación- permitió la elaboración de columnarias, piezas de cuidadoso acabado, cuya belleza fue imitada por el rey Cristián VII de Dinamarca.

Durante tres siglos y medio, la plata y el oro acuñados por la Casa de Moneda de México, fueron la base del dinero circulante en el país y se convirtieron en un producto de exportación. La calidad en la fabricación de monedas dio a la Casa de Moneda de México el prestigio internacional que conserva hasta nuestros días.

Referencias
Casa de Moneda de México
Las venas de plata en la historia de México. Enrique Canudas. Utopía.
Creación de la primera Casa de Moneda en la Nueva España: Producto acuñado. Pilar González G. Universidad de Alcalá.