En plena Guerra de Reforma, producto del enfrentamiento entre liberales y conservadores, y con un gobierno peregrino por la persecución política, el Presidente Benito Juárez estableció su interinato en la ciudad de Veracruz, donde, convencido de la importancia de establecer un gobierno republicano, continuó su lucha contra los privilegios del Clero y del Ejército.
Para dar continuidad a las Leyes de Reforma, cuyo propósito fundamental era la separación entre la Iglesia y el Estado, así como establecer las competencias de sendas instituciones, y para consolidar la Independencia de la Nación, el 4 de diciembre de 1860, decretó la Ley sobre Libertad de Cultos.
Esta ley dio a las personas la libertad para elegir el culto de su preferencia y ejercer así un derecho natural, impidió al Estado obligar a sus ciudadanos a practicar una religión específica y reconoció a la Iglesia como cualquier otra asociación legítimamente establecida.
Debido a las circunstancias propias de la guerra y de la Intervención Francesa, este decreto no formó parte de la Constitución de la República, hasta que el 25 de septiembre de 1873, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada lo incorporó junto con las otras Leyes de Reforma.
Referencia:
Los tiempos de Juárez. Ma. De Lourdes Alvarado, Patricia Galeana y Julio Zamora. UNAM.
Las relaciones Iglesia-Estado en el Segundo Imperio. Patricia Galeana. UNAM.
Referencia de imagen:
Benito Juárez. Suárez, óleo sobre tela, Tomada de INEHRM.